Sonrisa de Payaso

Bienvenidos, queridos televidentes, al nuevo ciclo televisivo de Yoleíhu! Para inaugurar este año, tenemos una variedad de series recientemente compradas del inframundo, no se sabe bien de que otro pais latinoamericano.
Hoy les traemos Sonrisa de Payaso, una telenovela romántica para toda la familia. Bah, para las abuelas que están al pedo y miran estas huevadas. En instantes comienza Sonrisa de Payaso.

- No, Huan Ramón, ió ia no ehtói enamorada de ti!
- Pueh dime, muhé, de quién ehtáh enamorada!
Ángela María gira y le da la espalda a Juan Ramón, dramática y sobreactuadamente. En sus ojos centellean lo que parecieran ser lágrimas, pero todos sabemos que son gotas para la nariz.
- Mi corazón pertenece a César Augusto.
Efecto de sonido claramente proveniente de una grabadora al lado de la cámara: «CHAN CHAN CHAAAAN!»
- Pero... ehs que él ehs... un paiáso!!!
- ¡No digah eso de él!
- Ehs que de verdad ehs un paiáso...
- Eso ehplica la naríh róha.
- CÓMO PUDIHTE?!
- Ehs que él... César Augusto ehs el padre de mi ího.
Ahora incluso se puede escuchar a alguien apretando los botones de la grabadora: «CHAN CHAN CHAAAAN!»

En ese momento entra César Augusto, con sus pantalones multicolores, su camisa a rayas y su peluca azul:
- NO LA TOQUES, PELAFUSTÁN!
- Te mataré, paiaso, te mataré!
- AHÉPTALO! Bonita Juliana ehs mía, ió soi el padre del ninio.
- Tal veh, pero Roberta Alelí me ama a mí.
- No, Huan Ramón, me ama a mí, y a cada hentímetro de mi paiasudo cuerpo.
- Dime, Azalia Serena, dime que me ámah.
- Ió... ió...
- Maldita sea, Silvina Soledad.
Juan Ramón se apunta un arma de juguete a la cabeza.
- No, Huan, no lo hagas... hay una mehór forma de resolver las cohas.

Aaaaaaaaaazúca!

Y así Thalía y todos los coprotagonistas de inferior o nula importancia bailaron la samba, bebieron piñacoladas, cobraron el cheque y se retiraron para celebrar la muerte de sus carreras artísticas.