7.6.23

TOX ZINE

10 largos años pasaron.

No sé si alguien lee esto. Lo más probable es que si estás leyendo esto, sos yo, dentro de otros 10 años. Si sos yo, espero que hayas logrado resolver el... temita.

¡Sí! ¡Acaeció sobre mí, sobre Nacho, la Era de la Producción de Contenido! ¡Observadme, un despojo, una sombra! ¡Observadme, y temblad!

¿Qué me quema, qué me lubrica? ¿Qué hago con mis días? ¿Eso quieren saber, puercos?

Se podría decir que sigo haciendo lo mismo. Se podría decir que Yoleihu es superior a Jesús, porque murió, revivió, y esta vez se quedó vivo. Y ahora se llama TOX ZINE.



TOX revive el espíritu de imbecilidad orgullosa, el amor por [as] y las aventuras gráficas, lo dank y alternativis, la sátira gratuita, lo experimental y lo interactivo. Con como 10 años de iteración.

👉 TOX.ZINE.AR       👉 @TOX.ZINE

Han sido invitados; han sido advertidos.

17.2.13

La decepcionante NARRATIVA ORGANICA de Nacho


Claro que los lectores regulares (ok) de Yoleihu saben todo acerca de lo decepcionante de mi narrativa orgánica. Los invito a chupar un enano. Ta-ta!

19.7.12

petit extrait du Livre de Plans Entrecroisés

Selena: ¡Desdichado será, Lord Byron! Ha entrado usted a un palacio donde los mensajes, informes y noticias caen en un laberinto burocrático que los desgarra, tergiversa y descompone. Antes de ver al Cónsul de forma personal, debe pasar por el círculo interrogatorio. La mayoría de los mensajeros no lo sobreviven. 
Lord Byron: ¡Mal asunto! Por cierto que lo es. Me has dejado, Selena, frío como un queso. Ahora veo el peso de mi tarea. 
Selena: ¿No querrás decir que te propones pasar por el círculo? 
Lord Byron: No tengo alternativa. El mensaje es de importancia. Mira, lo dice aquí mismo, anotado en tinta roja: “este mensaje es de importancia”. 
Selena: Eso no suena muy importante. 
Lord Byron: Está subrayado. Dos veces. 
Selena: ¿Dos veces, dices? Entonces, mis plegarias estarán contigo esta noche, dulce Lord Byron. Iré a iniciar el papeleo necesario.

7.6.12

Nacho García Márquez

…un buen día, la humanidad en su totalidad se cansó de las quimeras mortales de sus antepasados. En un paroxismo de iconoclasia jactanciosa, reventaron las calles con vándalos legitimados que les dieron nuevas caras a toda estatuilla, escultura, monumento o elemento de falso culto que hallaron en el Viejo Mundo. Una visita al Vaticano es ahora inmersión en un carnaval de pétreos Batmanes, piratas, bufones, cyborgs, desnudistas retro & funestas bestias fluor. No quedaba en los hombres rastro alguno del otrora popularizado terror al furioso diluvio de represalia mítica.

2.6.12

Un fragmento del mas allá


“Prrrr, prrrr, déjame ver tus abdominales.” Era uno de los endemoniados periquitos gay. “¿Tienes calor? ¡Quítate la camisa, vamos! ¡Prrrrrrrr!”
“Quítate” lo espanté con una mano. Oh, de veras que hacía calor en el comedor. Tembloroso, me quité mi camisa y me aflojé el cinturón de los pantalones. Debía excusarme al instante y buscar un lugar más ventilado. Me levanté de la silla y con la cara ardiendo me hice hasta el balcón.
¡Oh, carajo, sí! ¡Oh maldita sea qué alivio, que frescura me envolvía! Agradecido, bailé unos compases de hip hop con las ráfagas de viento nocturno, que traían arrastrando hojas caídas de los setos, y del bosque más allá! La luna cubría la mayor parte del cielo. Uno de los tres botones, Ed Jazzman, me llamó por el nombre de “Vergabuena” y me alargó una fuente de comida recubierta por una campana de cristal. Debajo de la campana de cristal había un modesto mantelillo de hilo bordado, y arriba del mantelillo un platito de porcelana. En el platito, una nota. Levanté la campana y tomé la nota. Ponía:

ME HAS DEJADO INTRIGADA HASTA EL ÉXTASIS, SEBÁSTIAN VERGABUENA. TE DESEO EN MIS APOSENTOS A LA MEDIANOCHE.
Annica Illuminati

“Disculpa joven, ¿cómo es tu nombre?”
“Ed. Ed Jazzman.”
“Dime Ed, ¿en qué cuarto se aloja la señorita Illuminati?”
“308, señor.”
“Gracias, chaval. Ten.” Le di un penique que hallé en mi bolsillo. Ed se lo guardó y a cambio me ofreció un preservativo marca Pedorrini. Yo lo acepté gustoso, y Ed se retiró, mordiendo mi penique para comprobar su legitimidad.
Ahora bien, si la posición de las estrellas no me mentía, eran las 23:53. Debía verme apetecible y debía acudir a la habitación 308 en el tercer piso. Tuve una gran idea, y la puse en práctica al instante. Con voz chillona dije:
“Oh ¡válgame! ¡Pero si se me ha caído el jabón!”
Al instante una bandada de pericos homosexuales me rodearon.
“¿Cómo me veo?” yo estaba en pantalones blancos de vestir y tirantes, que se sostenían de mis hombros. Estaba cubierto de sudor masculino, y mis cabellos, alborotados, bailaban con el viento. Los Pepitos Periquitos declararon de formas bastante vulgares que yo estaba listo para EL ACTO.

25.5.12

absurdo amartecer


No sé, acabo de encontrar esto en un rincón recóndito de mi disco. Yo se los tiro, ustedes manejenlo como puedan...

absurdo amartecer


una historia corta por nacho



y por qué te hundes en esa ciudad de metal,
y por qué, luego, amaneces entre los restos
como la Única Salvadora de la Tierra?

qué partículas forman tu cuerpo bajo esta luz?
deberia cortarte en pedacitos para entender mejor tu belleza?
o debería petrificarte y convertirte en una lámpara?

sé mía, Elvira, o muere cuando termine el Mundo
viaja en mi nave, Elvira, campos elíseos hay para tí
y si amanece por primera vez, Elvira, seremos eternos.

14.5.12

El camino difícil



El Payaso Rector miró a Bataqueso por sobre su escritorio. Bataqueso, en su lugar, se movió en su asiento; no se encontraba nada bien.
– ¿Y su nombre es…?
– Bataqueso.
– ¿Con Ka?
Bataqueso negó fervientemente y luego clavó la mirada en sus rodillas.
– Con Que.
– Y dígame, Bataqueso, ¿por qué quiere ser Payaso?
Se obligó a mirar al Payaso Rector. Sus ojos eran canicas amarillas de pupilas rojizas, acunadas en una rosa de ojeras y arrugas negras. Su maquillaje no se esforzaba por ocultar ninguno de sus rasgos grotescos. Unos tímidos penachos carmesíes crecían en torno a un sombrerito ridículo, en el medio de su calva arrugada. Bataqueso quiso tragar saliva, pero no tenía.
– Deseo profesar el en…
– Verá, Bataqueso – interrumpió; pronunciaba el nombre con un cruel énfasis en cada consonante –, hay dos formas de estudiar en la Carpa. O practica usted el ser gracioso de manera natural (es el centro de atención en reuniones sociales de diversas índoles, y sus conocidos le comentan regularmente que usted es, en efecto, cómico), o no. Mientras que la primer persona estará familiarizada con la sumisión de su dignidad, y por extensión la dignidad de cualquier otra persona u objeto lo cual naturalmente es un componente clave para la maestría el humor, la segunda persona atravesará el difícil proceso de deseducación. Dígame, Bataqueso, ¿es usted un idiota?
El Payaso Rector le lanzó una mirada llena de asesinato desquiciado, sangre y vísceras. Bataqueso estaba al borde de un ataque de pánico y no sabía qué responder.
– ¿No?
– El camino difícil será.
Y acto seguido, presionó un botón rojo que tenía en su escritorio, y de la nada un pastel se propulsó hacia Bataqueso. Un ruido de chapoteo obsceno produjo la crema al inundar su cara y cabellos. La fuente cayó. Bataqueso quedó inmóvil por varios minutos, con una expresión congelada de absoluto terror. Entre él y su silla, además, ahora había un charco ardiente de caca.
El Payaso rector lo miró largamente. Luego, rompió a reír a carcajadas. El morbo le infló las mejillas ancianas, y y su boca llena era de dientes como pedruscos amarillos coronando las encías negras. Rió largamente, prolongando el sufrimiento de Bataqueso con un sadismo brutal. Justo en el momento en que Bataqueso se estaba por largar a llorar debido a la humillación, el Payaso dejó de reír y dijo:
– Empieza mañana a las 8 pm, Bataqueso. ¡PRÓXIMO!