20.12.10

Out of Body Experience Uno

En noches de canapé liberal veraniego, se paseaba Tutia Podolowski, pensando en tiempos mas prosperos, cuando la familia era toda rubia y de buena sangre.

En eso cae Shaneequia Nigrila, hermana de Lasheequa y Latoyota Nigrila, las Mellizas Nigriles.
DESTRUYELO, gritó Shaneequia, y Lasheequa se lanzó al ataque como un lobo hambriento. Tutia Podolowski, no creyendo sus ojos, llamó al asistente de producción para que le traiga una espada de utilería. Dicha espada estaba forjada en el Mount Doom, y, como pronto aprendería Tutia, había sido embadurnada con los ungüentos genitales de los príncipes y varones más destacados y socialmente activos de los últimos 6 siglos.

JUMAAAAAAAAAAANJIIIIIIIIIII, fue el grito de guerra de Tutia, blandiendo la espada de utilería. Las pastas finas y palmeritas de manteca comidas a lo largo de los años les pesaban en los sobacos. Como estaba claro, ya no era la Tutia antigua, que combatía revolucionarios de ultraizquierda de la Cuba de Franco. La espada, sin embargo, con el poder de mil fantasmas, se hundió en el cráneo de Lasheequa, y la negra cayó inmóvil sobre el pavimento templado de San Francisco.

Detrás venía su melliza: Latoyota. Si, ustedes adivinaron bien: venía en un Toyota. Tutia rindió la espada al dios Nórdico de los creampies anales: Bukkake. El le invistió el poder de unos mils soles en el tabique nasal. Pero eso duró un segundo. Latoyota se acercaba a a 230 kmph por Circumvalación. Tutia que era nazi pero muy buena batquetvolista aún, se lanzó de nariz contra el auto. ¡Boom! El poder de los mil soles apenas impactó con el parabrisas.

Solo quedaba Shaneequia, la negra sensual reina. ¡Oh, fate! ¡Oh, fortune! ¡Daría todo por una segunda mano izquierda, para poder proteger mis ojos de las abejas que me atacan debido a la tempestad furiosa que azota Irlanda desde que llegaran los Vikingos con sus rituales gay alrededor de la fogata!
Pero no tenía esa mano, Tutia. Tutia solo tenía en su poder una piedra pómez, un botón que decía "autodestrucción" y una barra de acero terminada en punta. Hizo lo que pudo con lo que tenía. Arrojó el botón de autodestrucción a un costado para distraer a la negroidea amazónica de nalgas hard wired, cuando la distrajo le clavó la piedrita pómez y al mismo tiempo presionó con fuerzas la barra terminada en punta.

La negra, rascandose la cabeza, la volteó con un movimiento pélvico, y, trepada a su lomo, comenzó a despojarla de su ropa. Estaba a punto de hacerle diabluras en la hoohaa cuando la policía irrumpió. Afortunadamente, estaban en Alemania de 1939, y no estaba nada bien visto que una judía negra psicótica intente violar a una miembra vitalicia del club de lectura del führer.

Y Perón me habla en mis sueños, parecido a Encías Sangrantes cuando aparece en las nubes para tocar una última vez con Lisa. Me dice a qué diputado me conviene apretar, a qué jefatura hay que largarle un manguito, a qué juez se lo puede hacer desaparecer, por el bien del pueblo y del trabajador.

Dios bendiga a América. Especialmente Panamá que es como la Suiza de centroamérica, y a Chile que es como la Nueva Zelanda de sudamérica (porque es como el terreno de prueba).

Y un saludo a mi amigo Jesús.