El Valle de la Muerte

Mientras la aventura continúa, los nombres de los lugares se van haciendo más temibles, y menos creativos. No olviden que pueden ver los capítulos anteriores haciendo click acá.

Habiendo dejado atrás las Montañas de los Yetis Ponedores, Juno, Ramón el de la Barba, Xuxa y Plagio Skywalker se aventuran a las tierras muertas y traicioneras del Valle de la Muerte. Ante ellos se despliega un paraje poblado de árboles machucados y dunas de tierra seca, y el piso mismo está resquebrajado. El cielo quedaba tapado por unas nubes tormentosas, de un gris sanguinoliento.
- Se dice que no llueve en el Valle de la Muerte desde el origen de los tiempos.
Informó Xuxa. Ramón el de la Barba, en un intento de llevar la contra, inició el baile de la lluvia, pero sólo logró romperse la rótula, y con dolor y humillación, lanzo un improperio al aire.
A lo lejos, en el horizonte, se erguía el castillo del Señor Doctor, su destino final.

Los cuatro amigos echáronse a andar con paso animado, comentando los sucesos del mundo mágico en tono jovial. Estaban acortando distancia rápidamente. Sin embargo, luego de levelear un poco matando bichitos ya no tan petes, decidieron dirigirse hacia el castillo, y Juno apretó la M, para abrir el mapita.
- Tenemos que caminar hacia allá. Esperen... ¿Qué significa un puntito amarillo?
- Yo... estemm...
- ¡Maldita sea, que significa el punto amarillo, Plagio!
- Esque...
- ¡DIMELO YA!
- No me sale la palabra!
- SE ESTÁ ACERCANDO!
- Ah ya me acordé: "No sé."

Pero ya era muy tarde, el punto amarillo había llegado hasta ellos, y los 4 dieron un respingo cuando se dieron vuelta y se encontraron con el diminuto anciano que los interceptó en las afueras de Pijenia. Juno gritó como una nena.
- Bueeeenas... soy un viejo mercader y vengo a ofrecer merca. ...dería!, mercadería.
- Cuéntanos qué bazofias traes en tu indigno saco de basura.
- Oh bien, hoy tengo una poción de la erección eterna, un Caparazón de Bowser, y diversos ropajes: camisa de hilo, perneras de acero, guantes de Michael Jackson y cara de puto.
- No tenés un picodulce?
- No, pero tengo palitos de la selva.
- Cuanto cuestan?
- Tres por 0.10 gold.
- Dame 50 centavos.
Juno se retiró a degustar sus golosinas recien adquiridas en paz.
- Me vendés algún hechizo? - inquirió Xuxa.
- Y.. no sé... qué level sos?
- 18.
- Dejame ver tu DNI. No che, no sos nivel 18 ni ahí.
- Pero tengo mucho gold.
- Te vendo un Poisona, para desenvenenar, a 450 gold.
- Bueno. Y de magia negra qué tenés?
- Recién me llego una caja llena de Recatates.
- Y esos que son?
- Llama a lo pibe, y rompen todo. Funciona u 50% de las veces.
- Lo compro.

Plagio, que estaba consumiendo con glotonería una ensalada de manzanas, escuchó un débil grito de nena, y anunció: "Juno está en problemas!". Corrieron todos hacia el árbol en cuyas raíces Juno había improvisado una mesa para devorar sus palitos de la selva.
El bravo guerrero se hallaba tendido en posicion fetal, sujetando su barriga como un niño pequeño. Estaba casi sepultado en una pequeña montaña de envolturas, y tenía en la mano un palito de la selva, pero negro. A pesar de su cara de tremendo sufrimiento, se llevó el caramelo a la boca, y por un momento su expresión de dolor se transformó en regocijo, pero en seguida se contrajo por un dolor mayor. Ramón el de la Barba, que también decía ser Licenciado en Medicina, exclamó:
- Ha sido envenenado! Lo sé porque arriba de su cabeza dice "POISON".
Los tres se volvieron, pero el viejo zaparrastroso había desaparecido sin dejar rastro. Ramón el de la Barba amagó con agacharse para curar a Juno, pero Plagio, que ya conocía los métodos medicinales de Ramón, se abalanzó sobre él en cámara lenta, impidiéndole suministrar agua oxigenada al héroe caido.
Xuxa aprovechó este tiempo para utilizar su magia recién comprada: "Poisona"... craso error: el hechizo dejó KO a Juno.
- Cónchale. Estamos hasta las manos.
...oyó Xuxa decir a Ramón el de la Barba, el mago trucho. Cuando levantó la vista, el horizonte había quedado sepultado por la silueta de un ejército. Un ejército de polizontes de la Seccional 34. Arrasarían con nuestros héroes como el ácido sulfúrico a un hámster bebé.
La armada se encontraba a, digamos, tres cuadras y media, pero cuadras de las cortitas, viste? No de esas que vos decís HHAAA! qué larga que es esta cuadra. No, cortitas, se entiende?
Estaban muy lejos de las Grutas Gatunas para esconderse ahí, y barajaron la posibilidad de esconderse atrás de un árbol mientras tomaban el té, pero terminaron por descartarla. Cuando se acabó el té, los canas estaban ya a media cuadra de ellos, y los habían rodeado.

Mientras se devanaban el cerebro encontrando una forma de zafar, el enano Plagio Skywalker hizo algo que tanto Xuxa como Ramón sabían que era imposible. Algo que los dejó boquiabiertos, y que los obligó a replantearse el verdadero sentido de la vida. Plagio Skywalker contrajo una bola de energía cósmica, en un ademán de concentración, y, con gran maestría, realizó una Genkidama Doble Con Papas y Gaseosa que barrió sin ninguna dificultad con todos los policías que los rodeaban.
Luego, exhaló con fuerza, y cayó al suelo yermo, quedando tendido, desprendiendo humito.

El primero en recuperar el habla fue Ramón el de la Barba, que dijo, con cara triunfante:
- ¿Viste qué bien que me sale la Genkidama? Desde donde estás vos parece que la hizo él, pero en realidad la hice yo.

Continuará.