Jackuna Batata
Estas son las consabidas historietetas de Jackuna Batata, el profílico y filantrópico hazmerreír de la comunidad cacarula. Jackuna era un cacarulo, y no cualquier cacarulo: ...bueno, sí, era cualquier cacarulo. Fue entonces cuando afianzó el mosquete y salió a cazar viejas.
-Ahi va una! - Dijo Herr Mostro, su fiel amigo granuja.
-Pum! - Dijo Jackuna, como un boludo. Es que su mosquete era imaginario.
La vieja los miró con cara de piojos y siguió caminando como quien sí quiere la cosa.
-¿Por qué, Mostro? ¿Por qué siempre que salimos a cazar viejas volvemos con las manos vacías?
-Porque eres un boludo.
-Mírame. Mírame a la cara y dime: qué tengo puesto sobre la cabeza?
-Un gorro de aviador.
-Sí, tienes razón... soy un boludo.
Hablando así volvieron por la autopista mamonetas, y cuando llegaron a la bifuración de los caminos, se despidieron con un ademán de plomero; Jackuna Batata tomó la calle Merendenga para ir al pueblo de los cacarulos, y Herr Mostro agarró por la cortada Aymeduele para ir al pueblo granuja.
Cuando llegaba a su casa, Jackuna se encontró con su vecino vivaracho, el vivaz y venoso vengador de vidrio, Vastián Quinto, quien no sólo era más exitoso, sino que era mucho más páncreas.
-Es que siempre que vamos a jugar al golf, usas soretes en lugar de pelotas. Y tu caddy es un cono de tránsito.
-Es un chico quieto.
Al entrar a su casa, su familia lo recibió como se recibe a un collie envuelto en llamas: con los brazos abiertos. Literalmente, tenían los brazos abiertos, debido a una reciente intervención quirúrgica. Había salido mal y ahora sus brazos estaban divididos a lo largo: le hicieron un juicio al doctor por mala pélvis. Perdieron: la pélvis del médico estaba en excelentes condiciones.
Finalmente, y luego de varios solos de flauta dulce, era la hora de cenar, y un olor a flan frito con un toque de romualdo inundó el ambiente. Todos acudieron a la mesa, y deglutaron el dichoso manjar como pedo de sordomudo.
Habiendo terminado, se retiraron a sus respectivos pajares. Jackuna le hizo el amor a su mujer Malandrioca (ella le hizo la guerra). Cuando la pierna izquierda de Malandrioca estaba a la altura de su esternón decidió que era hora de darle un respiro, y retiró su ganso embadurnado de la cavidad vaginosa de la hembra cacarula.
Ella balbuceaba incoherencias, Jackuna hasta creyó escuchar la teoría de la gravitación universal de Arquímedes. Pero como él era muy malo entendiendo a las mujeres, contrató a un traductor.
-Está muy satisfecha. Dice que debe darle todo el dinero al traductor.
-En seguida, Malandrioca querida.
-PAPALOTE! PERENDREJO! FANGIOSAURIO! - Gritaba ella, desesperada, intentando avisarle a su marido que era una triquiñuela del traductor. Pero por más que no intentara, no podría hacerse entender. - Gratarola Cacofónica... cocusa... sabandija... - Dijo, resignada.
Me gusta la pachanga, dijo el narrador embustero.
Al otro día Jackuna Batata tendría que buscar un empleo con mucho, mucho papeleo leo.
5 comentarios:
"Ella balbuceaba incoherencias, Jackuna hasta creyó escuchar la teoría de la gravitación universal de Arquímedes. Pero como él era muy malo entendiendo a las mujeres, contrató a un traductor."
"-PAPALOTE! PERENDREJO! FANGIOSAURIO! - Gritaba ella, desesperada, intentando avisarle a su marido que era una triquiñuela del traductor."
JUAJUAJujaUAjuaJUAjuaJUAjua MAGIAAAAAAAAAAAAAAAA QUE TE MAGIA!
No ramireo, vos estas equivocado.
Nachos se la come
No, trombongo, vos estas equivocado.
Ramireo se la come.
[no]
no Mirtha vos estas equivocada, el teorema de pitagoras no habla de manzanas inspeccionadoras.
muy bueno el relato la verdad que me provoco una -(sensacion de gran alegria debido a algo que se percibe)- y bueeeno, saludos. -(interjeccion de risa)-.
"sensacion de gran alegria debido a algo que se percibe"
¬¬
Seguro que sos negro.
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