3.12.08

El pie enfermo

Aquí les traigo una anécdota como pocas he tenido =D



El pie enfermo

 

 

 

 

-¡¿De qué estáis hablando, bellacos?!- interrumpió Fresón de Gor ni bien acercó su regordeta cara a la mesa contigua a la suya. El hedor inundó el bar al tiempo que el grotesco ser remolvía su cabellera.

De los dos que ocupaban aquella mesa, sólo uno reaccionó; Sir Jorce LaFéi levantose de su banqueta y espetole al recién llegado:

-¿Cómo osas, oh, gran señor de cara redonda y hedor envolvente, irrumpir sin Pusca ni tuerca la flavorosa conversación que mantengo con el aquí presente Chéfile Hei?

El otro, el primero, aquél de un hedor comparado al de una zandía fuera de estado, no esperaba dicha respuesta, no esperaba que alguien osase realmente enfrentarse a él, de modo que contorsionó sus facciones, juntó un polluelo en su garganta atrofiada y lo liberó con todas las fuerzas de su bocaza. Jorce, ni corto ni perezoso, agachose a tiempo y esquivó la agresión. Esta misma, transitó cuatro metros en recta dirección e impactó en la inmaculada mejilla de Doña PeSuelo, quien recibió el impacto y, siendo una mujer blanca como la leche materna, no pudo mantener la ensayada postura que exhibía, lo cual la llevó a caer de lado, sobre una taza almidonada, que quedó reducida a escombros. De tal forma corrió el dado, que esa taza resultó ser el hogar del bueno de Cerebil, honroso habitante del Bar de la Rosucsa. El susodicho levantose y entornó sus ojos, saltó bien alto en el aire y colgose de una araña que pendía precariamente del cielo raso. Una pianola frenética sonaba de fondo y la gente permanecía aturdida, fuera de ese mundo donde el pequeño equilibrista desafiaba las alturas. Hamacose Cerebil entonces, colgando aún, y dejose caer con tanta violencia sobre Fresón de Gor que, si no hubiera querido la buena fortuna hacer resbalar a este último, hubiera quedado malherido de por vida en su ojo derecho, pues la potencia del pequeño atacante fue tal, que pudo sin dificultad alguna derribar una pequeña pared que dividía al Bar de la Rosucsa en sector pecadores y sector No-pecadores. En fin, ante este hecho, una escaramuza sin precedentes se desencadenó en el lugar; Sir Jorce LaFéi había tomado una escuálida mujer a modo de escudo humano y se arrojaba objetos punzantes con otros comensales igualmente armados con escudos de similar naturaleza; Chéfile Hei, que en un primer momento había permanecido tieso como una vara de escoba, batíase a duelo con una mujer de muy mal aspecto, sin duda alguna más fea que un pie enfermo; por otro lado, un señor muy antiguo sollozaba tirado en un rincón cerca de los sanitarios, evidenciando un maltrato sobre su zona genital; lejos de allí, sobre la otra punta del salón, varias señoras de avanzada edad rodaban en una batalla carnal como nunca habíase visto antes; Cerebil, ajeno a todo el barullo, permanecía abatido, inmóvil, triste, luego de derribar aquella pared con la fuerza de un tifón; a su vez, la música no dejaba de sonar y realzaba la bataola llevándola a escenarios que podrían calificarse de “épicos”.

Sin embargo, “a todo lo bueno le llega la hora”, la Yuta cayó de impróvito sobre el afamado Bar. Las sirenas se hicieron presentes y las luces inundaron prontamente el lugar. Los uniformados adentráronse en la escaramuza y comenzaron a repartir golpes y madalenas a diestra y siniestra. En este proceso fallecieron de manera segura Cerebil (si no muerto ya se encontraba), el desvergonzado Fresón de Gor y una anciana a quien nadie importó su fenecer.

Diecisiete minutos exactos duró la redada. Los demás comensales, aquellos quienes no recibieron golpes suficientes para salir en un saco negro o vehículo ambulante (ambulancia, como se lo suele conocer), fueron detenidos en el destacamento número 74 del condado de Oregon. El Bar, esa noche, acabó solitario y la pianola, que siempre acompañó la escaramuza, dejó de sonar lentamente hasta apagarse en un susurro cruel y devastador.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Fijate la hora eh? Se nota que a causa de la hora hay algo diferente. No se que, pero algo.
Es como un rejunte de las noticias de telenoche y una pelea de un bar western.

Nacho dijo...

Sí, que el post era programado. En realidad Ramireo lo iba a publicar ayer pero le dije "no damián, acabo de publicar hipolito y hay que darle algo de protagonismo pobre."
Asi que se ve que le cambio la fecha y la hora para que se publicara hoy. Y así está el país.

Anónimo dijo...

En fin, tengo que agradecer a la pagina, porque cuando me aburro en el laburo, entro aca, siempre que puedo.
Y Nacho el Nacho sigue laburando?

Nacho dijo...

Podria decirse... dentro de poquito termino de rendir finales y voy a seguir laburando, con la diferencia de que ahora voy a ganar plata en lugar de perderla ^_^

Hermana de SDU-7 dijo...

Pobre Cerebil, encima que no dio nacimiento a esa épica lucha de 1020 segundos de duración, acaba dentro de una talega de material resistente (sin contar que han hecho añicos su pequeño recipiente compuesto de un asa - a veces, dos - al que llamaba hogar, dulce hogar).
No me puedo imaginar a las señoras en una batalla tan carnal como esa, es inconcebible.

Me despido de esta página cuyos relatos e imágenes compuestos de un léxico tan refinado me hacen volcar de mi asiento con respaldo (y por lo general con cuatro patas, y en que solo cabe una persona, o sea, mi persona) debido a la muestra de alegría sonora realizada por mi boca.

Ramireo dijo...

che nada que ver, el post no estuvo programado :S

esperé hasta esa hora exacta, cuando el ballet cósmico dio su comienzo

Hermana de SDU-7 dijo...

Para mí que es chino.

(?)

Xavi Imagini dijo...

jojojo!

Bárbaro!

Pareciome haber leído una mezcla extraña de Tolquien con Fontanarrosa.

Saludos Cordiales

Voy a seguir pasando