27.4.08

Indiscretos voceríos de un hombre desesperado a eso de las cinco, cinco y media, bajo la ventana de Estela

ESTEEEEELAAAAA! Volvé, no seas así!
No fue mi intensión lanzarte esa mandarina prendida fuego. Ni siquiera sabía que las mandarinas fueran inflamables ni que que el fuego se propagara tan rápido por el pelo.
Y te juro, TE JURO, que la estampida de alces canadienses fue coincidencia.

Dale, bichi, no te enojes. Mirá, te traje tu favorito... [arroja un sánguche de mortadela y pepinillos al balcón, y antes de que este impacte con la ventana, una mano sale con presición, lo toma y vuelve a cerrar rápidamente].

Y el pancho que te regalé para compensar el daño causado era sólo eso: un inocente pancho. Nunca fue mi plan que debido a una rara anomalía genética desarrollara pulgares y se haya dado a la fuga.

Estela, si volves te prometo que nunca más te voy a despertar gritando "ALARMA" junto a tu oído. Te prometo que nunca más voy a usar el sacacorchos como un juguete sexual. Y sobre todo, te prometo nunca más llenar tu cartera de mayonesa.

Fue por honesta ignorancia que escribí tu nombre (y algunos insultos como "petera") con fibrón indeleble en todas las superficies de tu departamento, y si lancé tu gato a un ventilador prendido quiero que sepas que fue mi espíritu científico que quería saber de qué estaban hechos los gatos. Y todavía creo que si las heridas hubieran sido más profundas, hubieramos encontrado caramelos y bombones.

Estela sabé que ya me deshice de aquel cuadro a escala real de Carlitos Balá que te miraba mientras hacíamos lo nuestro y vos decias que te daba miedo.

También me despedí de la colonia de gérmenes que crecía en mi ombligo, y aunque todavía estoy de luto, entiendo que tomar esa ducha fue para mejor :(

En fin, recuerdo nuestros buenos momentos: cuando te abria la canilla mientras te bañabas y el sonido de vos patinándote en el baño y casi quebrándote el cuello con el bidet... mi hábito recurrente de citar el Nuevo Testamento cuando me hacías una pregunta de sí o no... tu cara cuando te percataste de que el botón de bajar el volumen, el 3, el 7 y el 8 habían desaparecido del control remoto.

Te ruego que vuelvas, y te lo ruego por una razón en especial... extraño masticar tus lapices labiales: eran ricos.

2 comentarios:

Guillote dijo...

muy bueno muy bueno... el tipo era re violento jajajja... pero me gusto la onda que le diste al post...
violento pero para cagarse de risa

bueno.. me quede seco

saludos

Anónimo dijo...

jajjajajaj esta bueno che la verdad me impresiono