Yo no entiendo, Doña Tota.

Yo no entiendo, Doña Tota. Ahora los chicos andan por ahi con esos aparatitos enchufados a los oídos, dicen que pueden meter como 2000 canciones ahí dentro, pero cómo entran? Ehh? CÓMO ENTRAN?

No sé, querida, no sé.

Yo no entiendo, Doña Tota, ellos aprietan unos botoncitos y empiezan a escuchar música, como del mas allá, y se mueven como opas. Es como el espíritu de Satán que se les mete asi todo por acá y por acá y por eso hay tanta pobreza y drogadicción.

Ay sí, Inés, cuanta razón tiene!

Como el Interné. El Interné. ¿Qué es eso?¿Qué es eso? Yo la última vez que me Interné es porque estaba mal de salú. Y bueno, así estan todos. Todos prenden el monitor ese y se ponen a chatiar y navegar por la Interné.

¿Navegan?

Si, le juro, navegan, me lo dijo mi nieto Sebas. Y se les pueden meter virus.

¿De verdad?

Sí, y hay que resetear. Yo le digo, Sebas, si vas a navegar la Interné ponete bufanda no vaya a ser que pesques una neumonía. Porque si navegan, pueden pescar.

Tiene sentido.

¿Y sabe lo que medijo Sebas? Me dijo "ay no abuela, vos no entendés nada". Ahí mismo le di un chirlo. Eso le enseñará.

No le puedo creer, Inés.

Yo no entiendo, Doña Tota. ¿Cómo pueden salir a la calle vestidos como sucios? Porque salen vestidos como sucios. Con los pantalones gastados, con la camisa afuera, con las zapatillas rotas, a veces en cuero!

Ay pero qué horror! Yo me tapo los ojos!

¿Y las chicas? Mostrando todo, caminando como cualquieras. Porque tener falda de medio metro y no llevar falda es casi lo mismo. Mi Agustina sale a bailar con unos atuendos muy reveladores para sus apenas 17 añitos. Y hay alcohol.

No me diga. No escucho. NO ESCUCHO.

Yo no entiendo, Doña Tota, en nuestro tiempo las cosas no eran así. En nuestra época, no había guerra ni pobreza, y todo era felicidad en el mundo.

Y que lo diga. Nunca llovía.

Yo no entiendo, Doña Tota, ¿qué es eso de la exploración del espacio, ni las leyes de la física, ni la teoría de Dargüin y todas esas cosas que salen ahora?¿Y a mí para qué me sirven esas cosas? Mientras tanto, sube el azúcar, sube la yerba, sube todo.

Ay, sí, está todo carísimo.

Yo no entiendo, Doña Tota, en la radio siempre hablan de la inflación esto, de la inflación lo otro, pero ellos se entretienen con sus inflables y mientras aumentan los precios... el Gobierno tiene la culpa.

¿Y no vio los pírcing?

Ay, Dios mio, qué aberración. Yo a mi Agus no la dejo entrar a casa con sus pírcing, mirá si entra el Maligno con su jevi metal y su head and shoulders. Entre ella y Sebas con sus virus, están los dos enfermos, mire.

No diga esas cosas, Inés.

Es que yo rezo todas las noches Doña Tota y no pasa nada.

Le tiene que rezar a San Sucupete, el ángel de los picaportes.

Doña Tota.

Digame, querida.

Quiero ser motoquera.