13.5.07

Autobiografía de Cristo Pelotas

Hola, mi nombre es Cristo Pelotas, y en este momento estoy poseyendo Yoleíhu con mis poderes sudafricanos. Les voy a contar mi historia como última acción antes de morir a manos de los clones imperiales.

Era un día soleado. Lo recuerdo porque había sol. Nacía a la edad de 0 años. Mi infancia fue tremebunda, crecí en la más mísera de las pobrezas. Cuando se acababa el pan duro que era nuestra comida, por ejemplo, muchas veces no nos dábamos cuenta y nos comíamos la mesa que había debajo.
Mi educación fue precaria; recién aprendí a leer y escribir a los 14 años, edad mas o menos a la cual recién aprendía los secretos de la matemática discreta, la hermenéutica telúrica incaica y la robótica del espermatozoide. A los 15 años construí mi primer Arturito, desde entonces mi esclavo sexual.

Por aquellos años, los ewoks estaban de paro y los gungans hacían piquetes por todo Naboo. Yo había sido reclutado por el ejército debido a un pequeño amotinamiento de chacobos al sur de Mongolia. Fuimos en aerodeslizador, y todos con nuestro uniformes de chacobo, nos infiltramos entre los pobres animales para obtener información. Cómo podríamos saber que eran simples animales de carga y que pasaríamos los próximos 8 años de nuestras vidas haciéndonos pasar por pájaros-caballo...

En fin, cuando salí del ejército, a los 19, si las matemáticas no me fallan, ingresé a la fábrica de Ronquisedán, un jarabe para producir ronquidos, como si te hubieran hecho una traqueotomía. Ahí fui acumulando una pequeña fortuna que utilicé para montar una empresa de Arturitos, porque todavía tenía vocación de arturitólogo. Éstos hacían muy buenos esclavos. Apple había largado el nuevo modelo iDestructor, que era lindo, medía 3 metros y tenía lanzallamas incorporado, y además podías escuchar música... pero su gran tamaño le impedía lavar las tazas de té con delicadeza. Fue por esto que mis Arturitos hicieron furor en Inglaterra, donde la gente toma mucho el té. La Reina misma me confesó que su Arturito tenía vestido y de vez en cuando le pintarrajeaba una cara con lápiz labial y lo llevaba a bailar.

Para cuando alcancé los 30 años, era un magnate de la empresa arturítica, pero Apple, cansado, mandó todos sus iDestructors a romperme el negocio. Entonces encabecé un ejército sin igual de Arturitos. Debieron verlos, mis preciosas creaciones se agarraban a las piernas de los iDestructors y les hackeaban el pen drive. Pronto, las calles de New York se llenaron de iDestructors bailando el bombón asesino.

Así es como terminé definitivamente con Apple. Sin embargo, ahora yo tenía una nueva meta de vida. Ver robots bailando ya no me llenaba, y por lo tanto decidí que era hora de ser inmortal. Fui al Vaticano y anuncié: "Soy Cristo Pelotas, y creo que me están esperando hace cosa de dosmil cincuenta años...". El papa Juan Pablo II (que resucitó y era el primer papa zombie) vino y me abrazó con alegría, pues supo reconocer al instante que yo era la reencarnación del grande y único Jeováh. Nos juntamos con Elvis y Maradona, los otros pretendientes al trono.
Juampi anunció: "A baba, sadaban gabaza sarabanga." (es que los zombies no tienen muy buena pronunciacion). Lo que quiso decir es que deberíamos luchar a muerte por el título. Como si de un juego de electronic arts se tratara, al instante cayeron unas rejas formando un cuadrilátero perfecto. El primero en atacar fue El Rey, que se abrió la camisa de brillantina para develar su pecho peludo. El horror, compañeros, el horror fue insoportable. Yo, instintiva casi espasmódicamente, estiré la mano y le arranqué los pelos del pecho. Pero Dieguito pateó un penal mágico y se ganó el poder de las masas, y la multitud enardecida nos atacó. Mis Arturitos vinieron al rescate y hackearon a Diego, que resultó ser un holograma. Elvis lanzó un grito de agonía y murió: me dí cuenta porque al instante se le quebró el jopo.

Así es como me convertí en Cristo Pelotas, el elegido. En las fiestas era una bomba: convertía agua en vino... tremendo. Sin embargo, las tropas imperiales no estaban contentas: mi religión les parecía profana, y en seguida mandaron mi crucifixión. De eso hacen 6 meses. Mañana me crucifican junto a mis mejores dos Arturitos. Es el sacrificio que he de pagar por los pecados de toda la comunidad robótica.

Es muy probable que salga en youtube o algo así... todo sale en youtube. Busquenme... me encontrarán... en el país... de la libertad.

2 comentarios:

Ramireo dijo...

JAUJAujauJAujaUAuja
genial nachon

ja, y cuando dice: "Juampi...."
jUAJUAjuaJAUJAu "JUAMPI" !!!!!!!!!!


excelente, seguí así

Anónimo dijo...

yo, por acciones sobrenaturales, volví TRES PALABRAS, LEI DE NUEVO TRES PALABRAS, EXACTAMENTE TRES PALABRAS, CREANME, EL TOTAL DE TRES PALABRAS

bleh, vamos de nuevo, volvi tres palabras para leer juampi

fue increible, porque no tenia ganas de volver