12.2.07

Epopeya 04:34

...me levanté de mi lecho, cuna de mis ensoñaciones
estaba oscuro, y mi universo era un enredo de sábanas y transpiración.
Con un forzoso movimiento, me ladeé, y me senté al borde de la cama.
Mi despertador marcaba las 04:30.

Arrastrando los pies llegué en una pieza a la puerta de mi dormitorio.
Cruzar el pasillo sin derribar muebles fue una tarea penosa.
Una vez llegado al baño, encendí la luz...
...pero fue contraproducente: mis ojos se fruncieron más, y quedé igualmente ciego.

Todavía no sé si mañana voy a tener que limpiar el piso o las paredes...
...que se encuentran alrededor del inodoro.
Sólo sé que mientras orinaba, toda las penas se iban, y sentí placer...
...luego me rasqué un huevo, y sentí más placer.

Saliendo del baño, una luz proveniente de la cocina me atrajo...
...su fluctuación danzante, su incandesencia seductora.
Mientras me acercaba, con miedo y con fascinación, me preguntaba
si mi mente sería capaz de abaracar lo que estaba a punto de ver.

¿Qué ser de otro mundo estaría produciendo esa luz?
¿Qué ninfa del pasado, qué musa de la imaginación?
¿Qué magia arrebatada sería causante del fenómeno?
¿Quién habría traído la luminiscencia a mi cocina, y por qué?

¿Acaso sería Dios? ¿O un ángel?
¿Sería Satanás, listo para llevarme?
¿Sería un producto de mi imaginación?
¿Estaba soñando, quizás?

Mientras mi mente se adaptaba a los sucesos,
mis pies no pararon de avanzar.
Y cuando estuve lo suficientemente cerca, no me pude contener:

Qué boludo...
...otra vez dejé la heladera abierta.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me quede medio mal al leer este post ya q me sucedio lo mismo hace un par de años con la unica e insigficante diferencia de q no era una heladera sino una horno y mis alucinaciones se debian a q tenia la cabeza dentro del mismo a todo gas..

Bueno luego de este comentario suicida me retiro (Y)

Arriba el animo q queda mucho por vivir hasta el proximo encuentro con el horno de la muerte